Socialismo

2/2-Utopía y Terror: Los Jemeres Rojos en Camboya (por Jan Doxrud)

Dentro de la nueva República Democrática de Kampuchea absolutamente cada aspecto de la persona y la vida de estas estaba sometida sin restricción alguna al omnipotenete y omnipresente Angkar Padevat (Organización Revolucionaria),compuesto por miembros hombres y mujeres del Partido Comunista, todos bajo el mando de Saloth Sar, más conocido como Pol Pot. Comos señala el superviviente  y director de cine Rithy Panh (1964) en su libro testimonial:

1/2-Utopía y Terror: Los Jemeres Rojos en Camboya (por Jan Doxrud)

El ascenso al poder del los comunistas Jemeres Rojos en Camboya ha constituido, quizás, uno de los más infames y despiadados intentos de diseñar arbitrariamente una sociedad desde cero para forzarla violentamente a ajustarse a una utopía purista demencial que mezcla la recurrente idea de un “hombre nuevo” dentro de una utopía comunista agrícola. La experiencia comunista camboyana simboliza a la perfección el “mito de Procusto”. De acuerdo a este, Procusto ofrecía una cama de hierro en su posada para que se alojaran los viajeros que estuvieran de paso, pero lo que estos últimos no sabían es que sus cuerpos tenían que “ajustarse” a las dimensiones de la cama de manera que, si el huésped era muy alto, Procusto procedía a cortarle sus extremidades y si era muy bajo, Procusto lo descoyunturaba y estiraba hasta que se ajustara a las dimensiones de su cama.

1/3-Konrad Löw, ¿por qué fascina el marxismo? (por Jan Doxrud)

Dicho esto, hemos abordado las 2 primeras preguntas al comienzo de este escrito que apuntan a por qué fascina la figura de Marx.La respuesta no hay que buscarla en sus complejas obras políticas, filosóficas y económicas. La respuesta hay que buscarla en el mensaje y este se encuentra plasmado en la obra más asequible para el lector: El Manifiesto Comunista. Por ende, respondiendo a la tercera pregunta planteada en un comienzo, se puede señalar que Marx fue más bien un profeta que apuntó más a los corazones y más profundos deseos de las personas que a su razón, puesto que nadie puede tomarse en serio la utopía comunista que defendió y que intentó darle un respaldo científico. 

2/3-Konrad Löw, ¿por qué fascina el marxismo? (por Jan Doxrud)

Los comunistas, tras el derrumbe de los socialismo reales no se tomaron el trabajo de realizar una profunda autocrítica, ya que esto significaría abandonar por completo su religión secular. La idea comunista no puede ser reformada sino que simplemente debe ser destruida. El hecho es que la retórica de los comunistas actuales, sus ideas centrales, siguen siendo las mismas que las de un Marx o Lenin, es decir, no han cambiado en nada porque son dogmas sin los cuales sus religión se derrumba.

1/3-Konrad Löw, ¿por qué fascina el marxismo? (por Jan Doxrud)

Konrad Löw es un jurista y politólogo alemán nacido en Munich, en 1931. También se desempeñó como académico en la Universidad de Erlangen-Nüremberg, Bayreuth y en el Instituto de Política de Munich. El libro al que me referiré en estos escritos es uno que fue publicado en 1981 bajo el título: La fascinación del comunismo. La edición que tengo en mis manos es la de la Editorial Andrés Bello, del año 1983. Ahora bien, en este caso específico Konrad Löw se refiere al comunismo marxista-leninista, razón por la cual el título de este escrito es: “La fascinación por el marxismo”.

1/2-Una crítica a Álvaro García Linera ideólogo y Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia (por Jan Doxrud) 

En estos dos artículos  me centraré en algunas críticas que realiza Fernando Mires, académico chileno en la Universidad de Oldenburg (Alemania) , al socialismo del siglo XXI y en particular, a las ideas de Álvaro García Linera. El autor afirma que América Latina no ha sido demasiado original y que tiene una predilección tortuosa de copiar los fracasos de los demás. En América Latina la idea del “socialismo nacional” fue la quecobró mayor fuerza, convirtiéndose en la ideología central de diversos movimientos llamados nacionalistas y populistas, desde el APRA hasta Hugo Chávez.

5/5-El Manifiesto Comunista: las medidas para el cambio (por Jan Doxrud)

En la medida en que es abolida la explotación de un individuo por otro, también es abolida la explotación de una nación por otra, deapareciendo así la hostilidad entre las naciones. En lo que se refiere a la crítica contra el comunismo, desde el prisma de la filosofía, la religión y la ideología en general, para Marx y Engels la cuestion era clara y no merecía un detallado analisis. Para ellos, las raíces de estas ideas estaban en las condiciones de vida y las relaciones sociales. Cualquier cambio en estas tiene como resultado un cambio en las ideas, en la conciencia del hombre. Desde esta perspectiva, la producción intelectual se altera con la transformacion de la producción material.

4/5-El Manifiesto Comunista: El proletariado (por Jan Doxrud)

Los proletarios son los obreros modernos que no tienen otra cosa que ofrecer (puesto que no son dueños de los medios de producción) más que su fuerza de trabajo. Viven en la medida de que puedan encontrar trabajo y lo encuentran únicamente mientras su trabajo acrecienta el capital. Marx señala que los trabajadores son una mercancía debido a que están obligados a venderse y, como cualquier otra mercancía, está sujeta a las viscicitudes de la competencia y fluctuaciones del mercado. Marx parece aquí considerar que los salario se definen únicamente en relación con la oferta y la demanda. Pero, por otra parte, Marx parece sumarse a la teoría de los salarios de subsistencia de David Ricardo, quien establece la existencia de un límitepor debajo del cual los salarios no podían bajar sin reducir la oferta de trabajo a largo plazo.

3/5-El Manifiesto Comunista (por Jan Doxrud)

En el siglo XXI se hace difícil saber a que nos referimos con clase trabajadora. ¿Quién es ahora el agente de cambio que logre la transición hacia una sociedad más justa y equitativa? En el documental “Max reloadaded” Slavoj Žižek señala que la definición de proletariado ha cambiado y ya no corresponde a la clase obrera. Por su parte, Antonio Negri agrega que la explotación de la fuerza de trabajo no corresponde solamente a la explotación de los trabajadores fabriles sino que a la explotación de los trabajadores a lo largo de toda la sociedad: el trabajador intelectual, incluyendo la esfera de las artes y cine entre otras.

2/2- Carl Menger y la refutación de la teoría del valor marxista (por Jan Doxrud)

Vemos entonces que en la teoría del valor de Carl Menger existe, por un lado,  un elemento subjetivo, es decir, las diferencias de la significación de cada una de las satisfacciones dadas y, por otro lado, un elemento objetivo, esto es, la disponibilidad cuantitativa de los bienes en cuestión. Por lo tanto tenemos que un bien no es altamente valorado debido a su escasez, ya que pueden haber bienes escasos que nadie necesita. Tampoco un bien es altamente valorado por ser útil, ya que tenemos el aire, el oxígeno son útiles, pero por los cuales nadie está dispuesto a pagar. No comprender lo anterior tiene como consecuencia caer en confusiones y en discusiones eternas respecto a problemas tales como el por qué el agua vale menos que un diamante o que una Biblia, palabra de Dios, valga menos que un libro ilustrado de música.

1/2- Carl Menger y la refutación de la teoría del valor marxista (por Jan Doxrud)

¿En qué situación se encontraba la ciencia económica (comienzos del XX) sobre al tema del valor? ¿Acaso debemos considerar que en la segunda mitad del siglo XX la ortodoxia económica se aferraba a la hipótesis que decía que el valor de una mercancía dependía del tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla (o del costo de producción)? En realidad la ciencia económica había dado pasos importantes frente a este tema y Marx se había quedado completamente rezagado con su teoría del valor trabajo. Me centraré en las siguientes líneas en la figura de otro economista austriaco, maestro de Böhm-Bawerk, me refiero a Carl Menger (1840-1921). Friedrich Hayek, en la introducción a los Principios de Economía Política (1871) de Menger, escribió lo siguiente sobre la figura del autor:

3/13-El Socialismo del Siglo XXI: la idea obsesiva del hombre nuevo (por Jan Doxrud)

Álvaro García Linera, Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, también es un representante de la “falacia constitucionalista” o “fetichismo constitucional” vale decir, aquel pensamiento ingenuo que consideran que un “Constitución” es la respuesta a todos los males de la sociedad, ya que lo que se redacta en el papel se materializa en la realidad (Nicolás Maduro, cree poder resolver los `problemas sistémicos de Venezuela por medio de una nueva Asamblea Constituyente). De acuerdo a García Linera:

2/13-El Socialismo del Siglo XXI y la arrogancia de la redención de la humanidad (por Jan Doxrud)

Fernando Atria que, haciendo uso de un lenguaje académico, nos señala que el “socialismo no puede ser una forma institucional” y que no podemos considerar una idea como muerta por la simple razón deque su correlato institucional ha fallado. Por lo tanto, el mensaje de este y otros autores es que juzguemos al socialismo como la idea benigna que es, por sus intenciones y no por los efectos que tiene en la realidad. Entonces cuando discutamos sobre el socialismo se nos pide que olvidemos todos sus correlatos institucionales, lo que significa que desechemos las experiencias nefastas de todos los socialismo reales, así como los fracasos de los socialistas utópicos del siglo XIX, ya que en realidad no responden al “ideal socialista” que, por definición, no puede fallar. Lo mismo tendríamos que hacer con el socialismo del Siglo XXI en su versión bolivariana.

1/13-El Socialismo del Siglo XXI y la evasión mediante la utopía (por Jan Doxrud)

En los siguientes artículos pasaré a realizar algunas observaciones críticas a las ideas de los autores socialistas examinados en artículos anteriores. En primer lugar comenzaré con algunas observaciones generales en relación a las ideas y conceptos planteados por los autores socialistas examinados, tales como los conceptos de libertad, igualdad y, en general, su concepción de una sociedad justa. Posteriormente realizaré algunos comentarios sobre la situación actual de Venezuela. Queda advertido el lector que no refutaré cada una de las propuestas expuestas por los autores. Lo que se hace aquí son observaciones, preguntas, dudas que quedan y que exigen cierta aclaración.

2/5-El Manifiesto Comunista (por Jan Doxrud)

El proletariado, de acuerdo a los autores, “no puede limitarse simplemente a tomar posesión a tomar posesión de la máquina del Estado tal y como está y servirse de ella para sus propios fines[1]. Por otro lado, la crítica a la literatura socialista estaba incompleta, ya que llegaba sólo hasta 1847. Las ideas expresadas en el capítulo IV sobre la actitud de los partidos comunistas ante los partidos de oposición, habían quedado atrás para su aplicación práctica, “ya que la situación política ha cambiado completamente y el desarrollo histórico ha borrado de la faz de la tierra a la mayoría de los partidos que allí se enumeran[2]. Concluyenlos autores: “Sin embargo, el Manifiesto es un documento histórico que no tenemos derecho a modificar. Una edición posterior quizá vaya precedida de un prefacio que puede llenar la laguna existente entre 1847 y nuestros días…”[3].

1/5-El Manifiesto Comunista (por Jan Doxrud)

Pasemos ahora a revisar la que es quizás la obra más accesible de Marx y Engels, me refiero al Manifiesto del Partido Comunista, una obra explosiva, apasionada y, para algunos, una verdadera profecía de lo que iba a ser el panorama social actual. En palabras de Eric Hobsbawm:

 “lo que indudablemente impresionará al lector contemporáneo es el extraordinario diagnóstico del carácterrevolucionario y del impacto de la sociedad burguesa que exhibe el Manifiesto…La cuestión es que el mundo transformado por el capitalismo que él describió en 1848, enfragmentos de oscura y lacónica elocuencia, es a todas luces el mundo de comienzos delsiglo XXI[1].

9/9-El marxismo después de Marx: del marxismo al posmarxismo (por Jan Doxrud)

Un libro importante para complementar con el de Anderson, es el del sociólogo sueco Göran Therborn titulado: “¿Del marxismo al posmarxismo?”.  Therborn no se muestra de acuerdo con Anderson respecto a algunos temas sobre el desarrollo del marxismo, por ejemplo, el que éste hubiese nacido de la derrota. Escribe el sociólogo:

8/9-El marxismo después de Marx: (III) palabras finales sobre el marxismo occidental (por Jan Doxrud)

Tenemos pues que el marxismo occidental dio un giro que significó el dar la espalda a los problemas políticos y económicos que habían preocupado a Marx para deslizarse hacia la filosofía y un excesivo academicismo técnico. Cuando el marxismo occidental fue más allá de las cuestiones referidas al método, se concentró casi totalmente en el estudio de las superestructuras. Pero, como señala Anderson, “no fueron el Estado o el Derecho los que le proporcionaron los objetos típicos de su investigación. Lo que concentró el foco de su atención fue la cultura[1].

7/9-El marxismo después de Marx : (II) el marxismo occidental (por Jan Doxrud)

Habíamos señalado en el artículo anterior sobre un cambio de foco del marxismo. Ahora bien, no sólo cambió el foco (principalmente hacia la filosofía) de atención de la nueva generación de marxistas, sino que también el ámbito donde se desenvolvían y operaban se desplazó desde las asambleas de los partidos a los departamentos académicos. La razón que explica este desplazamiento hacia la filosofía se explica por el descubrimiento y publicación de los manuscritosde Paris de 1844, publicados por primera vez en 1932 pero que, debido al ascenso nacionalsocialista en Alemania y los sucesos posteriores, su influencia inmediata quedó postergada. Estos escritos filosóficos de Marx tuvieron una tremenda repercusión en los trabajos de Henri Lefebvre, Herbert Marcuse y Georg Lukács entre otros.

6/9-El marxismo después de Marx: el marxismo occidental (por Jan Doxrud)

Continuemos nuestro recorrido y el destino del marxismo tras la muerte de Marx y Engels.  Anderson destaca el surgimiento, en 1923, de un Instituto en Alemania que tendría a futuro una gran influencia, el lugar específico: Francfort. En aquella localidad se estableció un Instituto de investigación subvencionado por un acaudalado empresario alemán, Hermann Weil (1868-1927) y su hijo, nacido en Argentina, Félix (1898-1975). El primer director del instituto fue el rumano Carl Grünberg (1861-1940), considerado padre del “austromarxismo”, quien se mantuvo en el cargo hasta 1929, asumiendo posteriormente otro influyente intelectual: Max Horkheimer (1895-1973)