5/10-Japón: una mirada panorámica: el período Azuchi-Momoyama. (por Jan Doxrud)
Continuemos con el siguiente período que sucedió al subperíodo Sengoku (parte del período Muromachi): el período Azuchi-Momoyama (1573-1603). El nombre hace referencia dos castillos construidos por quienes serán nuestro próximos 2 protagonista que fueron clave en proceso de unificación de Japón: Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Comencemos con el primero. Nobunaga fue un hijo de Nobushide, un samurái que logró ascender pasando a ser lugarteniente de un pequeño señor hasta lograr convertirse en un daimio independiente. En palabras de Kondo:
“Los Oda no eran en un principio más que una de tantas familias terratenientes locales armados (jizamurai o kokujinshu) del distrito de Owari. Tomando parte en las luchas intestinas de finales de la Edad Media, lograron hábilmente dominar a los demás terratenientes del mismo distrito. Mediante relaciones vasalláticas que establecieron con los caciques de la vecindad, fueron subiendo hasta alzarse con el mando y, aunque fuese en un ámbito limitado, consiguieron implantar un cierto hegemónico local”.
Nobunaga heredó las tierras de su padre y en 1559 pudo poner la provincia de Owari bajo su poder. Imagawa Yoshimoto (1519-1560), quien ejercía el poder en la provincia de Suruga, invadió e intentó apoderarse de las posesiones de Nobunaga desde la vecina provincia de Mikawa, (1560). Este daimio había contraído matrimonio con la hermana de otro poderoso daimio – Takeda Shingen – lo que le permitió formar una alianza de defensa mutua (una hijo de Shingen se casó con la hija de Yoshitomo)
Estatua de Oda Nobunaga en el Parque Kiyosu
Yoshitomo tenía una clara superioridad numérica (aunque al parecer se habría jactado de tener más hombres de los que en realidad tenía) y además contaba con la alianza con los Takeda y el clan Hōjō, por lo que era de esperar una victoria aplastante. Pero las cosas no se dieron de esa manera puesto que no solo el ejército de Yoshitomo fue derrotado, sino que este último también murió ante un ataque sorpresa de Oda a su campamento.
Esta victoria catapultó a Nobunaga a la cúspide del poder, transformándose en una de los daimios más poderosos de Japón. Estableció alianzas con otros daimios y en 1568 entró en Kioto en donde instauró como shogún a Ashikaga Yoshiaki (1537-1597). Como explican Pérez y San Emeterio, el objetivo de Nobunaga era extender el poder militar sobre el reino (tenka fubu), de manera que quien realmente comenzó a ejercer el poder fue él y no el shogún. Yoshiaki, último sogún, intentó deshacerse de Nobunaga por medio de complots, pero fracasó y fue exiliado lo que pondría fin al período Muromachi en 1573.
De acuerdo con Pérez y San Emeterio, Nobunaga no mostró interés por la vida cortesana y, de hecho, renunció a los títulos oficiales que había recibido de la corte en 178. No obstante lo anterior, igualmente Nobunaga mantuvo relaciones cordiales con la corte, patrocinando e impulsando su renacimiento como institución. Su cuartel general lo situó en el castillo de Azuchi, en la provincia Ōmi, a las orillas del lago Biwa. En palabras de Hall:
“El castillo de Azuchi estaba construido para resistir el ataque de armas de fuego. Se trataba de una ciudadela maciza, con un torreón central de siete planos, rodeado de murallas de piedra y de fortines defensivos, que se alzaba en la llanura Saga como símbolo de una nueva época”
Dibujo del Castillo Azucho. Considerar que este fue destruido en el siglo XVI y solo quedan algunas ruinas
Otro aspecto importante destacado por Pérez y San Emeterio es que los castillos ya no estaban construidos pensando solo en su función militar. En otras palabras, Nobunaga unificó aspecto militares y económicos, lo que se tradujo en que el comercio también tuviese su lugar en estos castillos. En palabras de los autores:
“En su base de Azuchi se garantizó la libre circulación de mercaderías y de compraventa de mercancías, se aseguró que todos tuvieran los mismos derechos de acceso a servicios de transporte, almacenamiento y alojamiento, y se les eximió de diversos impuestos y cargas de trabajo”.
Aún quedaban varios desafíos para que Nobunaga pudiera unificar y consolidar su poder sobre todo Japón. Siguiendo a Hall, Nobunaga logró derrotar y expulsar al clan Asai y Asakura, logrando así expandir sus adquisiciones territoriales. En 1582 logró derrotar al poderoso clan Takeda que ejercían el poder sobre 4 provincias centro-orientales: Shinano, Kōzuke, Suruga y Kai. Su aliado (otro importante personaje histórico que abordaremos) Tokugawa Ieyasu, dueño de la provincia de Mikawa, recibió de Nobunaga 4 provincias que lo convirtieron en un gran señor dentro de la nación
Nobunaga tuvo también que hacer frente las ikki de la escuela de la Verdadera tierra Pura quienes se rebelaron e incluso aliaron con otros daimios para oponerse a Nobunaga. Como aclaran Pérez y San Emeterio el objetivo de Nobunaga – al enfrentarse a estos adherentes de esta particular secta del budismo – no eran religiosos, sino políticos.
Explican los autores que entre 1570 y 1580 Nobunaga destruyó sus bastiones en las provincias del Japón central y logró su rendición en su fortaleza del templo-castillo de Honganji en Osaka. En 1571 también arrasó con extrema violencia el complejo Tendai del Enryakuji, a las afueras de Kioto en el monte Hiei. Al respecto comentan los autores:
“Además de crueldad, los historiadores japoneses han querido ver un decisión táctica en Nobunaga, en cuanto que estas matanzas habían servido de escarmiento y aviso a todos aquellos que aún pensaran en oponerse a él. Es difícil calcular su efectividad, aunque se puede afirmar que en adelante las instituciones religiosas quedaron firmemente sometidas al poder secular, reduciéndose su área de influencia al campo de lo privado, característica de la religiosidad moderna”.
Nobunaga murió en 1582 víctima de una conspiración de un vasallo cercano: Akechi Mitsuhide. Este episodio fue concoido como el incidente de Honnō-ji en donde las fuerzas de Akechi Mitsuhide atacaron ese templo donde se encotnraba Oda Nobunaga quien finalmente encontró su muerte (Oda cometió seppuku o muerte ritual). Como señalé anteriormente, fue el primero en comenzar el proceso de unificación de Japón. De acuerdo con Pérez y San Emeterio, Nobunaga logró poner bajo su control un tercio del país. Por su parte Kondo añade que Nobunaga controló las importantes regiones de Kinai (centro político) y Tōkai (principal grandero del país). En virtud de lo anterior Kondo afirma que lo únicio que quedaba fuera del poder de Nobunaga en Honshu, era el feudo del clan Mori en el oeste (Chūgoku) y los señoríos de la familia Hōjō que controlaban 8 provincias orientales y la zona fronteriza septentrional (Ōu).
Más allá de esto, Nobunaga logró ser identificado como “el señor de la tenka” o señor de todo lo que hay bajo el cielo. Esta fama se la ganó no sólo debido a su poderío militar y económico, que superaba al de otros señores, sino que también por haber eliminado el bakufu Muromachi y ser aceptado por la corte imperial como el poder hegemónico en Japón.
Representación posterior (de la era Meiji) del incidente de Honnō-ji
Kondo hace referencia a un cambio radical acontecido en materia militar. Para ser más específicos tenemos que el tradicional combate cuerpo a cuerpo perdería terreno frente al uso masivo de la caballería y la artillería. Ejemplo de esto fue la batalla de Oda contra el poderoso clan Takeda, en donde este último contaba con un gran contingente de caballería. Pero Oda fue hábil al hacer uso del cuerpo de artillería en la provincia de Kai lo que le permitió derrotar a los Takeda.
Otra táctica inédita aplicada por Oda para debilitar los lazos entre los señores y sus vasallos – para evitar así potenciales rebeliones –fue implementar, como apunta Kondo, la redistribución de feudos (kuni-gae) que buscaba, en palabras de Kondo, “deshacer rotundamente el lazo de unión local mantenido entre el daimio beligerante y sus séquitos y/o vasallos directos – militares y campesinos – dentro del feudo”. Fue justamente esto lo que Nobunaga se propuso eliminar apartando a los jefes militares de sus territorios de origen, independiente de si tales vasallos eran veteranos o nuevos. Así, estos podían ser reasignados de acuerdo con las necesidades.
Casco período Azuchi-Momoyama-Edo, siglos XVI-XVII (https://www.tnm.jp/modules/r_exhibition/index.php?controller=item&id=6916&lang=en)
El mismo autor deja en evidencia algunos puntos débiles de este sistema administrativos sin precedentes en la historia de Japón. El primero fue que contribuyó a dejar mutilado y desarticulado el antiguo poder local tradicional. El segundo es que contribuyó a que emergieran grandes señores de la guerra, puesto que dentro de la asignación de tierras, algunos de los recipientes podían recibir varias provincias.
Kondo destaca otras políticas implementadas por Nobunaga como el ordenar a todos los terratenientes dentro de sus dominios a que presentaran una declaración catastral. Esta medida debían cumplirla todos, independiente del rango social y la extensión de los predios. Por ejemplo, en esta declaración los terratenientes debían constatar los tributos globales anualmente gravables, así como también realizar una distinción los dominios directos, de aquellas tierras adjudicadas o encomendadas a sus vasallos. Cualquier irregularidad en esta declaración podría traducirse en la confiscación de esas tierras las cuales pasaban a ser controladas por el clan Oda o a otros clanes leales este.
Dō-maru: armadura flexible (período Muromachi)
En materia económica, Nobunaga implementó medidas tendientes tanto para facilitar la circulación de mercancías, así como también debilitar a los terratenientes. De acuerdo con Kondo, a partir del año 1574, Nobunaga publicó una serie de decretos que ordenaban que en todas las provincias de su dominio se construyeran caminos de más de 6 metros de anchura y que se edificaran puentes. Junto con esto, Nobunaga, en 1568, abolió las adunas por medio de un decreto, lo cual afectaba a los ingresos señoriales y suprimió los privilegios de los gremios.
Esto último significó que los artesanos y comerciantes tuviese una mayor facilidad de migrar de una zona a otra. Además de esto, cabe mencionar que los comerciantes fueron eximidos de pagar impuestos por apertura de tiendas, contribución de vivienda y compra y venta de artículos. En lo que respecta a las principales ciudades, estas perdieron su independencia y autonomía, quedando así bajo el control del clan Oda. Al respecto comenta Kondo:
“De esa manera, las ciudades libres que en Japón acaban de nacer se vieron aplastadas casi inmediatamente después de su formación. Así es como la fuerza militar de la familia Oda hizo que se estrechara la interdependencia entre el Gobierno central y los poderosos comerciantes urbanos, con lo que los demás señores feudales que no consiguieron hacer lo mismo quedaban muy distanciados económicamente”.
Nobunaga
Añade Kondo que, en 1569, Nobunaga promulgó una ley sobre selección de monedas, en donde aconsejó y fomentó el uso de monedas de oro y de plata para realizar las transacciones mercantiles, para evitar así el desorden monetario derivado de la utilización de diversas monedas. Por último, respecto a la religión, Nobunaga autorizó a los misioneros cristianos residir, predicar la fe cristiana, construir iglesias y colegios.
Como escribió Kondo, a pesar del gran poder acumulado por Oda Nobunaga, este no se mostró satisfecho puesto que sus ambiciones eran también grandes. Deseaba unificar al país en su totalidad y, para ello, necesitaba conquistar la parte occidental, denominada Chūgoku así como las islas Shikoku y Kyūshū. Es por ello que buscó la alianza con el próximo personaje que examinaremos – Toyotomi Hideyoshi – , puesto que, para llevar a cabo una ofensiva contra el clan Mori que controlaban 12 provincias en el extremo de la isla de Honshu. Fue durante estos hechos cuando, como ya señalé, Nobunaga fue traicionado y asesinado.
…
Continuemos con el gobierno de Toyotomi Hideyoshi (1537-1598) quien días después ejecutó al traidor Akechi Mitsuhide (1528-1582) y comenzó a perfilarse como el sucesor natural de Nobunaga. Como explican Pérez y San Emeterio, Hideyoshi representa la movilidad social del período de los Estados guerreros ya que, a pesar de sus orígenes campesinos, logró transformarse en uno de los principales generales de Nobunaga. Como explica Kondo, Hideyoshi aceptó la importancia de la familia imperial como un pilar fundamental para el sostén de la nación.
Incluso rindió un homenaje de vasallaje al emperador Go-Yōzei a quien le ofreció una finca que producía más de 7.000 kokus de arroz (1 koku equivalía 1 litro).En 1585 la corte lo nombró “kanpaku” o jefe de gobierno, título que estaba reservado sólo para los miembros de los Fujiwara. De hecho fue el emperador quien le otorgó el apellido “Toyotomi” que significa “enriquecedor del pueblo”.
Toyotomi Hideyoshi
Hideyoshi fue el continuador del proceso de unificación iniciado por Nobunaga, de manera que se centró en someter a las zonas periféricas que aun mostraban una férrea oposición. En 1585 derrotó a los monjes del templo Negoroji y a los adherentes de la Tierra Pura en la península de Kii. Ese mismo año derrotó en la isla de Shikoku al señor de la guerra Chosokabe Motochika (1539-1599) quien controlaba 4 provincias.
En 1587 las fuerzas de Hideyoshi penetraron en el sur en Kyūshū en donde el señor de la guerra Shimazu Yoshihisa (1533-1611) – con su centro de poder en Satsuma – se rindió. La última gran batalla aconteció en 1590 la cual tenía como objetivo someter al clan que controlaba Kantō: los Hōjō. En el norte logró arrebatar territorios a otro señor de la guerra: Date Masamune (1567-1636)
Hideyoshi continuó con las políticas aplicadas por Nobunaga. Por ejemplo continuó desarraigando a los daimios de sus territorios y cortar los lazos con sus habitantes. El nuevo hombre fuerte de Japón dispuso por medio de varios edictos que los daimios no eran los dueños de sus tierras, por lo que podrían disfrutar de estas de manera provisional, lo cual podía cambiar de acuerdo con su desempeño y mérito.
Réplica de la armadura de Toyotomi Hideyoshi
Una novedad fue la orden que buscó desarmar a las masas rurales. En 1588 promulgó el edicto de la “caza de espadas” , con el objetivo de que los campesinos se dedicaran a la tierra, separándolos así de las funciones militares. En palabras de Pérez y San Emeterio:
“Este edicto separó de forma tajante a los samuráis, quienes portaban armas, del resto de las clases sociales. En pos de la estabilidad social, Hideyoshi quería terminar con esa movilidad que a él le había permitido ascender desde unos humildes orígenes hasta llegar a ser el señor de la tenka”.
La consecuencia fue la formación de una sociedad con 4 castas herméticas, es decir, el campesino no podía ser comerciante o samurái, lo mismo corría para un comerciantes y artesanos: no podían abandonar sus funciones. Kondo añade que esta nueva organización social estableció por primera vez una solemne distinción entre una clase social dominadora – la militar – y las 3 clases dominadas: artesanos, comerciantes y labradores.
Hideyoshi unificó las unidades medida utilizando el koku de arroz que era una unidad de volumen que equivale a 180 litros. La producción de cada aldea era registrada en censo para poder calcular de esa manera el tributo que debían pagar las aldeas, las cuales eran consideradas como “sujetos jurídicos”. De acuerdo con Pérez y San Emeterio, como norma general dos tercios de la cosecha eran entregadas al señor, mientras que el resto quedaba para los campesinos. Kondo señala que Hideyoshi controló la explotación minera por medio de la incorporación de las minas de oro, plata y mercurio de Sado, Ikuno e Iwami.
Junto con esto, Hideyoshi también acuñó monedas extraordinariamente finas aunque, como aclara Kondo, tales monedas no eran utilizadas para transacciones de la vida diaria. La razón de esto es que se trataban de monedas con un muy alto valor por ende innecesarias para la masa popular. De acuerdo con el autor la acuñación de moneda más que obedecer a razones económicas como la de fomentar el comercio, tuvo en realidad como objetivo el disponer de recursos para premiar a antiguos y nuevos daimios. Otro avance mencionado por el mismo autor, fue la continuación del censo catastral ampliándolo a zonas nunca antes catastradas: Hokuriku, Chūgoku, la zona septentrional de Kyūshū e incluso la isla de Shikoku.
En lo que respecta a la relación con los misioneros y conversos cristianos Hideyoshi se mostró hostil, lo que lo llevó a promulgar un edicto de expulsión en 1597. Esto tuvo como consecuencia la destrucción de algunas iglesias, persecución de cristianos y martirios como el de Nagasaki en febrero de 1587. De acuerdo con Kondo, Hideyoshi, al llegar a Kyūshū, habría quedado soprendido por la influencia que el cristianismo tenía en la región, en donde “una parte de Nagasaki estaba convertida en el feudo de la Iglesia católica”. En 1589 la Compañía de Jesús quedó proscrita.
En 1591 Hideyoshi cedió el título de kanpaku a su sobrino Hidetsugu (1568-1595) transformándose en taikō que, de acuerdo con los autores, era un título honorífico dado al kanpaku retirado. Pero en 1595 asesinó a su sobrino y dejó como sucesor a su único hijo varón tardía de nombre Hideyori quien, al morir su padre y al ser un niño, tuvo que gobernar asesorado por una junta de regencia. Era de esperar, que otros daimios quisieran hacerse con el poder e impedir que el joven Hideyori sucediera a su padre.
Monumento a los mártires de Nagasaki
En el plano internacional, Hideyoshi se propuso conquistar China. En palabras de Hall su “megalomanía estaba a la altura de su arrogante falta de respeto por los ejércitos del continente”. Por su parte Pérez y San Emeterio, Hideyoshi se propuso renovar el hasta ahora incuestionado orden “sinocentrico” en virtud del cual China era el centro de poder que se encontraba por encima de los demás reinos. En palabras de los autores: “ (…) Hideyoshi trató de renovar ese orden sustituyendo al imperio Ming por Japón como centro del mismo, y lo quiso hacer a la fuerza, con la confianza que le proporcionaba ser un gran líder militar”.
El hecho es que China se negó a negociar con Hideyoshi en materia comercial. Sumado a esto, Hideyoshi no podía aceptar ser visto como alguien inferior pro el imperio chino. En palabras de Hall, Hideyoshi, tras ser rechazada su petición de paso libre por Corea, decidió abrirse paso por este reino, destruir a los Ming y dividir China en feudos los cuales serían entregados a sus vasallos. Tras penetrar en la península coreana, en 1592 los ejércitos de Hideyoshi se dirigieron al norte hacia el río Yalu.
Estatua de Hideyoshi en Osaka
Pérez y San Emeterio afirman que Hideyoshi tenían grandes planes como trasladar al emperador de Japón a Pekín y nombrar a su sobrino Hidetsugu como kanpaku de China. Pero finalmente la realidad se impuso y Hideyoshi se encontró, en primer lugar, con problemas en Corea donde la población se rebeló y perjudicó sus comunicaciones y logística.
Ante la ayuda d ellos ejércitos Ming, los japoneses tuvieron que pactar la paz. Las condiciones propuestas por Hideyoshi no fueron aceptadas por los Ming, ya que este exigía el matrimonio de la hija del emperador chino con el emperador japonés, un gobierno compartido entre China y Japón de la península coreana y, por último, retener prisionera a la familia real coreana. Como resultado Hideyoshi llevó a cabo la segunda invasión en 1597-1598, pero la muerte de este puso fin a esta aventura bélica.