6/6-Historia de China: el colapso de la dinastía Qing (por Jan Doxrud)
Como afirmé, en palabras de Spence, los Bóxers fueron solo una de las tres caras del nacionalismo. Otro personaje que destaca es la del joven Zou Rong (1885-1905) quien había quedado impresionado durante su estadía en Japón con el poderío de esa nación. Igualmente impactado estaba con la incapacidad de los Qing de reaccionar frente al momento de crisis en el cual se encontraba, por lo que sus dardos apuntaron especialmente a la etnia manchú.
Sus ideas se publicaron en un breve libro titulado “El Ejército Revolucionario” (1903) en donde hacía un llamado al pueblo chino a liberarse del yugo manchú y tomar las riendas de su propio destino. Apelaba a la figura del legendario y mítico Emperador Amarillo (Huangdi) y a la raza han, que se encontraba esclavizados por la etnia manchú. Finalmente Zou Rong murió enfermo en prisión en 1905 a los 19 años de edad.
La tercera cara del nacionalismo destacada por Spence tomo la forma de boicots, especialmente en contra de los Estados Unidos por los malos tratos recibidos por los chinos en ese país. Por ejemplo, mercaderes de Cantón, Shanghai, Xiamen, Tianjin y de otras localidades declararon en 1905 un boicot total hacia los productos provenientes de los Estados Unidos. Ahora bien, y como comenta Spence, “este intento de responder a la humillación nacional utilizando medidas económicas concentradas señaló un nuevo tipo de movimiento popular en la historia de China”.
Essays by Zou Rong
Cabe también destacar el desarrollo del pensamiento marxista. Siguiendo a Spence, el primer análisis de Marx en una publicación China apareció en el año 1899 y, en 1906 apareció una traducción rsumida y parcial del Manifiesto Comunista. En 1911 se formaría el Partido Socialista y en 1921 el Partido Comunista.
Tras la muerte de Guangxu, el trono pasaría a al sobrino del emperador, Puyi, último emperador de la dinastía Qing (1908-1912) y célebre por la película “El último emperador” de Bernardo Bertolucci. Al morir Cixi el mismo año 1908 y por la edad de Puyi, el padre de este último ejercería el poder junto con otros funcionarios manchúes, pero el imperio ya estaba en una etapa terminal. Las causas son varias y de larga data: falta de liderazgo, corrupción, ineficiencia administrativa, sentimiento antimanchú, sentimiento de humillación nacional, crisis económica y social y el surgimiento de nuevos intelectuales con ideas políticas importadas de otros países y que deseaban implementar en su país.
En 1911 estalló un conflicto en torno a la nacionalización del ferrocarril y episodios de insubordinación por parte del nuevo ejército. Sucedió que la corte decidió nacionalizar el sistema de ferrocarriles con el objetivo de centralizar su administración, hacerla más eficiente y por ser una fuente de ingresos para el imperio. Si viene esto generó suspicacia y rechazo a quienes defendía la gestión autónoma de las provincias, hubo otro hecho que tensionó aún más la situación. Sucedió que los Qing recibieron un préstamo de diez millones de libra por parte de un consorcio bancario británico-estadounidense y, posteriormente, recibió otros 6 millones.
Puyi
De acuerdo con Spence esto indignó a los chinos que opinaban que, en primer lugar, cada provincia debía controlar el desarrollo de sus ferrocarriles y, en segundo lugar, se debía mantener alejadas a las potencias extranjeras de este ámbito. Como resultado, comenzaron a desencadenarse protestas en 1911. Es aquí donde oficiales y soldados del nuevo ejército jugaron un rol protagónico. Como buenos nacionalistas no veían con buenos ojos a los Qing puesto que estaban vendiendo los recursos de la nación a potencias extranjeros.
Spence explica que muchos de estos oficiales del ejército eran ambiciosos e inquietos que también participaban en las asambleas provinciales. Añade que sociedades revolucionarias contraria los Qing también se infiltraron en el ejército para difundir sus ideas. También comenzaron a cuestionar tradiciones y costumbres, por ejemplo, el saludo reverencial entre caballeros con las manos apretadas contra el pecho o la cola de pelo trenzado instaurado por los manchúes en 1645.
Tenemos que la oposición y la disidencia comenzó creciendo en China y la posición de la dinastía Qing se hacía cada vez más compleja. La campaña de 1906 para combatir el consumo de opio enemistó a la corte no solo con los campesinos que se beneficiaban de este negocio, sino que también con los distribuidores, transportistas, empleados de fumaderos y, claro está, con los consumidores. La naturaleza también no ayudó ya que en 1910 y 1911 las lluvias provocaron inundaciones que destruyeron millones de hectáreas de cultivos en los valles de Yangzi y Huai.
El poderoso Ejército de Beiyang
Como afirma Spence, la zona de Wuhan se convirtió en una para los experimentos políticos y sociales. La razón es que las ciudades vinculadas a esta zona – Hankou, Wuchang y Hanyang – fueron un caldo de cultivo para el desarrollo y surgimiento de ideas revolucionarias por parte de jóvenes idealistas, así como también para la disidencia dentro de las filas del ejército. Fue en Hankou donde estalló una bomba puesto que era ahí donde los revolucionarios estaban fabricando bombas, específicamente en la zona de la concesión rusa. El 10 de octubre, el Octavo Batallón de Ingenieros de Wuchang se amotinó en la madrugada, y otras unidades ubicadas a las afueras de la ciudad se unieron a estos.
Quien asumió el liderazgo de este movimiento fue Li Yuanhong, un popular militar y activista. Los amotinamientos continuaron en octubre de 1911 en la provincia de Shaanxi y Hunan, en donde obtuvieron el apoyo de las respectivas asambleas provinciales. Así la situación se hizo insostenible para lo Qing quienes tuvieron que acceder a las 12 exigencias enviadas por medio de un telegrama. Entre estas se encontraba la creación de un parlamento, la promulgación de una constitución por medio del parlamento, la elección de un primer ministro ratificado por el emperador, amnistía general, que los miembros del clan imperial manchú no participaran en los ministerios y la revisión de los tratados internacionales por el parlamento.
Así, la “revolución de Xinhai” (1911) tuvo como consecuencia que en noviembre de 1911 la asamblea nacional provisional de Pekín eligiera como Primer Ministro a Yuan Shikai, militar y político que comandó a el más poderoso ejército de los Qing: el Beiyang u “Océano del Norte”. Por ende, por ahora China tenía una monarquía imperial lo cual no satisfizo los deseos de quienes anhelaban una república, por lo que Yuan Shikai tuvo que atemperar los ánimos de quienes apoyaban a los Qing y a los revolucionarios.
Pero la ola revolucionaria no pudo ser detenida estallando en tres provincias: Jiangsu (que declaró su independencia de los Qing), Sichuan y Shandong. La derrota de las tropas manchúes en Nankin marcó el fin de la dinastía y el imperio. En 1912 se dio inicio a una República unificada y se escogió como presidente provisional a Sun Yat-sen quien, finalmente renunció al puesto en favor del ex funcionario Qing, el ya mencionado Yuan Shikai. En palabras de Spence:
“(…) Sun Yat-sen, aclamado presidente provisional por sus partidarios el 1 de enero de 1912, renunció a sus derechos al título al cabo de poco más de un mes, el 13 de febrero, al día siguiente de la abdicación de los manchúes; Yuan Shikai asumió el cargo (…)”.
Yuan Shikai
Quisiera detenerme en la figura de Sun Yat-sen (1866-1925) ya que es considerado como el padre de la China moderna. Era oriundo de una familia rural de Cantón y, posteriormente viviría en el exilio, estando en Japón, Hawái, Estados Unidos, Reino Unidos y Francia entre otros. Sun Yat-sen se convirtió al cristianismo y fue un defensor de un sistema republicano para China, desarrollando en las primera dos década del siglo XX los “Tres Principios del Pueblo”: nacionalismo, democracia y bienestar social. Durante su vida, Sun Yat-sen fundó la Sociedad para la Regeneración China (1894), la Liga Unida China (1905) y, finalmente en 1912 fundó el Kuomintang o Partido Nacionalista Chino)
Como señalé, fue Yuan Shikai quien ejerció el poder y gobernó entre 1912 y 1916. El gobierno provisional de Nankín garantizó al emperador y a su familia el derecho de residir en la Ciudad Prohibida, se le daría un estipendio de 4 millones de dólares anuales y se protegerían sus templos y tesoros imperiales.
Sucedió que el gobierno de Yuan Shikai se fue tornando dictatorial y centralista, lo que generó hostilidad en las provincias que deseaban mayor autonomía. Como comenta Spence una causa latente de problemas durante la dinastía Qing había sido justamente el equilibrio entre el poder central y el poder local. En palabras del mismo autor, Yuan Shikai se negó a reconocer las pretensiones de Sun Yat-sen y, mediante un breve edicto, Yuan Shikai obtuvo un gran poder para poder organizar la nueva república provisional, pero lejos de los deseos de Sun Yat-sen.
El hecho es que Sun Yat-dejó escrito que la constitución del Gobierno provisional debía preparar un Consejo y que el nuevo presidente debía acatarla. Así, y aras de transitar a una genuina república, Spence explica que el consejo promulgó, el 11 de marzo de 1912, una versión nueva de la constitución provisional. Este texto garantizaba la igualdad y protección de los chinos y otras minorías. Además se estableció la convocación de un parlamento plenario en el plazo de diez meses lo que significaba que, una vez cumplido el plazo, se disolvería el consejo y Yuan Shikai renunciaría a su cargo para que se pudieran celebrar elecciones presidenciales.
Salón conmemorativo nacional de Sun Yat-sen, Taipei (República de China)
¿Qué sucedió? Las elecciones para las dos cámaras, - senado (274 miembros) y cámara de representantes (596 miembros) – se llevaron a cabo y lo grandes ganadores fueron los miembros del Kuomintang (ex Alianza Democrática de Sun Yat-sen), bajo el liderazgo de Song Jiaoren, uno de los hombres de confianza de Sun Yat-sen. Los problemas comenzaron con el asesinato de Song Jiaoren el 20 de marzo de 1913 y los dardos comenzaron a apuntar a Yuan Shikai. Los miembros del Parlamento ejercieron presión sobre Yuan Shikai para que se procediera a redactar la Constitución y se convocara a elecciones presidenciales. La situación se tornó violenta y terminó con un triunfo de las tropas del primero por sobre las fuerzas leales al Kuomintang. Posteriormente forzó al Parlamento a nombrarlo presidente e ilegalizó al Kuomintang, de manera que sus representantes fueron expulsados del Parlamento.
Como explica Spence, sucedió que, como consecuencia de lo anterior, el parlamento carecía de quórum para sesionar, por lo que en noviembre ambas cámaras anunciaron su suspensión temporal. En enero de 1914 fueron disueltas, lo que afectaría también a las asambleas provinciales y organizaciones de gobierno local. Yuan Shikai procedió a sustituir la constitución provisional por un “pacto constitucional” presentado el 1 de mayo de 1914 por un grupo de personas convocadas por Yuan Shikai de su gabinete y de varios puestos provinciales. En palabras de Spence: “El pacto daba a Yuan Shikai como presidente un poder prácticamente ilimitado sobre la guerra, las finanzas, la política exterior y los derechos de los ciudadanos”.
Song Jiaoren,
¿Cuál fue la reacción de las potencias extranjeras? De acuerdo con Spence estas mantuvieron una política de neutralidad estricta en 1911 y 1912. Sin embargo mantuvieron en alertas sus fuerzas armadas puesto que tenían importantes intereses económicos en China. Según Spence, los intereses de Gran Bretaña estaban valorados aproximadamente en 608 millones de dólares, suma que incluía el ferrocarril de Honh Kong a Cantón, transportes marítimos, minas de carbón, tranvías, refinerías de azúcar, fábricas de tejido de algodón, compañías de servicios públicos – electricidad, gas, teléfono –, fábricas de cemento, etc. Por su parte, Japón había invertido 220 millones de dólares, mientras que Estado Unidos 49 millones de dólares. Tras algunas primeras resistencias las principales potencias reconocieron diplomáticamente al nuevo gobierno.
Sin embargo, Yuan Shikai carecía de una base económica sólida y tuvo que vivir en gran parte de préstamos y con un déficit de 13 millones de yuanes todos los meses. Sumado a esto, sucedió que los ingresos provenientes de los aranceles no lograron llegar a las manos del gobierno ya que las Aduanas Marítimas Imperiales depositaba el dinero en cuentas de bancos extranjeros para liquidar los intereses de deudas de china con el extranjero. Incluso, explica Spence, los impuestos sobre la sal estaban bajo la supervisión extranjera “y se usaban para saldar deudas o se manipulaban para ejercer presión política sobre Yuan Shikai”.
El nuevo gobernante igualmente pudo implementar reformas como el estímulo de la actividad agropecuaria aumentando el rendimiento del cultivo por medio de los regadíos, creando nuevas razas de aganado y fomentando la reforestación. También emprendió estudio geológicos, centralizó la moneda nacional y lucho contra el tráfico y consumo de opio. Yuan Shikai tuvo roces con los japoneses ante los cuales tuvo que ceder ante las múltiples exigencias económicas y territoriales japonesas establecidas en las Veintiuna Exigencias al Gobierno de Yuan Shikai (enero de 1915)
Con el tiempo el prestigio y popularidad de Yuan Shikai fue menguando y su intransigencia fue creciendo. A finales de 1915 ya corría el rumor de que se convertiría en el nuevo emperador lo cual terminó materializándose bajo un supuesto apoyo popular. La creencia que la restauración de un símbolo de unidad como la del emperador traería estabilidad fue errada, puesto que sus cercanos lo fueron abandonando, las protestas estallaron y la pérdida del apoyo del ejército sellaron el destino del nuevo emperador. En palabras de Spence: Yuan Shikai murió de uremia – agravada por la ira y la humillación, según pensaron muchos – el 6 de junio de 1916, a la edad de cincuenta y seis años”.
Billete de la temprana República donde se ve a Yuan Shikai
Con el tiempo China se encontraría dividida entre nacionalistas, señores de la guerra y comunistas, lo que daría origen a una república fragmentada entre 1916 y 1928. En un comienzo, los nacionalistas y comunistas mantendrían una alianza instrumental que tenía como objetivo derrotar a los señores de la guerra. El Kuomintang logró gobernar, aunque no de manera total, entre 1928 y 1949, en donde antes y durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se unió a los comunistas para luchar contra el invasor japonés.
Pero una vez que desapareciera el enemigo en común, los comunistas se enfrentarían a los comunistas y que terminaría con el triunfo de la revolución comunista en 1949. Como señala Spence el segundo cuarto del siglo XX, marcado por la “tensión agudizada” y la “violencia impredecible”, estaría dominada por dos figuras: el líder comunista Mao Zedong y el líder nacionalista Chiang Kai-shek. Pero esto será tema de otro artículo.
…
Como señalé al comienzo de esta serie de artículos, existen diversas interpretaciones sobre las causas del colapso de la dinastía Qing. Jacques Gernet identifica 4 factores que explican la agitación campesina durante la primera mitad del siglo XIX : escasez de tierras, la concentración de tierras en manos de algunos ricos propietarios, aumento de las cargas fiscales Y depreciación de la monedad de cobre en relación con la plata que escaseaba. Gernet también aclara algunos aspectos vinculados con la relación de China con las potencias extranjeras. Afirma que en la primera mitad del siglo XIX Inglaterra representaba una amenaza más económica que militar.
Como ya señalé anteriormente, el comercio de opio contribuyó a socavar la economía del imperio y, de acuerdo con Gernet, fue esto último lo que “desembocó en las formidables explosiones sociales y en las insurrecciones de poblaciones colonizadas que hicieron tambalear el imperio entre 1850 y 1878”. Añade que lo que modificó de forma tan radical el sistema político, económico y social del imperio Qing no fue la acción de las potencias extranjeras, sino que la crisis generada por la rebelión Taiping. A esto añade Gernet:
“El interés casi exclusivo que los historiadores occidentales han dedicado a la historia de la penetración económica y militar de las naciones de Europa y de América ha falseado las auténticas perspectivas”.
Más adelante añade:
“La explicación a lo que sucedió en esta historia y al trágico destino de China hay que buscarla tanto en el juego combinado de las evolución de las naciones industrializadas y del desarrollo interno como en la trama misma de los acontecimientos.”
En el citado paper “Structural-demographic analysis of the Qing Dynasty (1644–1912) collapse in China”, se abordan estas diversas causas. La primera es aquella a la que hemos hecho referencia y es la tensión generada por las potencias extranjeras, principalmente Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia y Japón. Lo anterior derivó en múltiples guerras, incluyendo la “Guerras del Opio” que derivó en muertes, cesión de territorios, humillación y presión económica. Así, de acuerdo con esta interpretación, los Qing habrían perdido su capacidad para mantener la estabilidad en su imperio. Sumado a esto, la presencia extranjera habría gatillado la aparición de disturbios internos y de nuevas ideas que llevaron al establecimiento de un gobierno republicano.
Otra interpretación enfatiza la relevancia de las fuerzas ambientales, específicamente el descontento social generado por las plagas, sequías e inundaciones. Como afirman los autores del paper, estas teorías defienden la idea de que la interrupción de la producción de alimentos, las muertes y esfuerzos para recuperarse habrían hecho a los Qing más susceptibles a la interferencia de potencias extranjeras y habría generado un descontento interno. Otra interpretación enfatiza las fuerzas sociales endógenas, específicamente la frustración y descontento entre una parte de la población por las escasez de alimentos y el déficit de tierras productivas. Por su parte, entre la élite también se generó insatisfacción y frustración por no poder a altas posiciones que les proporcionaba un gran estatus.
En lo que respecta al enfoque adoptado por los autores, la ya mencionada Teoría Demográfica Estructural (TDE). Explican que es “estructural” ya que representa a las sociedades como sistemas en donde interactúan la población no perteneciente a la élite (agricultores), las élites (estrato donde se reclutaban a los burócratas) y el Estado (corte imperial, burocracia y ejército). Por lo demás, esta teoría es demográfica ya que rastrea tanto las cifras (aspecto cuantitativo) como el bienestar (aspecto cualitativo) de estos diferentes segmentos. En pocas palabras este enfoque aborda diversos factores.
Uno es la explosión demográfica entre el siglo XVII y mediados del XIX que habría creado una suerte de trampa malthusiana. Turchin en su libro titulado “Final de partida” explica que en 1850 la población china era cuatro veces mayor que al principio de la dinastía Qing. A esto añade:
“La tierra cultivable por campesino se redujo casi a la tercera parte, los salarios reales disminuyeron y la estatura media (un indicador fiable de bienestar biológico) se redujo.”
En segundo lugar está la sobreproducción de élites, un fenómeno y concepto cuñado y desarrollado por uno de los autores del paper: Peter Turchin. De acuerdo con esto tenemos que muchos de estos individuos no encontraban espacio dentro de la máquina burocrático debido a que el número de puestos era limitado, lo cual tuvo como consecuencia la frustración de estos (incluso muchos participaron en la rebelión Taiping). Turchin en el libro citado explica que el sistema funcionarial demostró ser vulnerable a las presiones del crecimiento demográfico.
Sucedió que el número de puestos de poder se mantuvo relativamente constante, pero el número de aspirantes aumentaba. Así Turchin cita el caso del ya mencionado Hong Xiuquan, quien lideró la rebelión Taiping. Así, Hong Xiuquan junto a dos de sus primeros conversos – Feng Yunshan y Hong Rengan – quienes tamb ién habían fracasado en sus exámenes crearon un movimiento “contraélite”.
En tercer y último lugar está el estrés fiscal fruto de los gastos en guerras para combatir las revueltas internas y a las potencias extranjeras, del déficit comercial y la caída en la productividad. De hecho, los autores del paper citado señalan que en 1820 la economía china representaba el 32,9% del PIB mundial pero, hacia 1870 era menos de la mitad de Europa occidental .Fue este escenario de fondo lo que hizo que las causas ecológicas y la presión extranjera causaran la caída de los Qin, puesto que por sí solas no habrían podido hacerlo.
En suma, y en virtud de la TDE, los autores explican que esta rastrea tres medidas específicas de inestabilidad:
a) Empobrecimiento de la población o (Potencial de Movilización de Masas (MMP)
b) Competencia y conflicto dentro de la élite (Potencial de Movilización de Masas (MMP), Potencial de Movilización de Élites o EMP)
c) Disminución de la capacidad estatal o Dificultad Fiscal Estatal (SFD)
Así, estas se combinan en un Índice de Estrés Político (PSI) general al multiplicarlos entre sí:
Artículos complementarios
1/5-Filosofía política en la antigua China: Contexto histórico (por Jan Doxrud)
2/5-Filosofía política en la antigua China : de Confucio a Xunzi (por Jan Doxrud)
4/5-Filosofía política en la antigua China (4): El Legalismo (por Jan Doxrud)
5/5-Filosofía política en la antigua China: El Legalismo II (por Jan Doxrud)