3/4-China, Mao y el “Gran Salto Adelante” (por Jan Doxrud)
Ahora bien, lo anterior no signifcó el abandono del “Gran Salto” sino que de hacer ciertos ajustes, como por ejemplo, no presionar demasiado a los campesinos para evitar rebeliones contra el Partido. Sin embargo, algunos miembros del Partido comenzaron a percatarse de que las políticas de Mao no estaban materializándose en la realidad.
Como relata short, el ministro de Defensa, Peng Dehuai, al visitar Niaoshi, su pueblo natal, donde fue testigo de los fragmentos de lingotes de hierro oxidándose en los campos, armazones de casas desiertas sin maderas ya queran utilizadas para los hornos, ancianos enflaquecidos en las “casas de felicidad”, árboles frutales talados y el evidente descontento de los campesinos hacia las políticas que les fueron impuestas. La vida militarizada era dura además de la presión continua que recibían para poder superar a otras comunas rivales lo cual llevaba a que se inflaran los dato de producción.
Ahora bien Peng se guadó las críticas y, por lo demás, sus relaciones habían sido tensas desde la década de 1920, cuando el ejéricto de mao no pudo llevar a cabo una maniobra de distracción que permitiera a Deng y sus hombres escapar. Pero este no era solo algo propio de Peng sino que de los demás colaboradores de Mao. En palabras de Short:
“En 1959 era obvio que la única persona que podía criticar con impunidad a Mao y su política era el mismo Mao; para los demás suponía un riesgo. Cuando volvió a Pekín, las ansias de Peng de «hablar claramente» se habían desvanecido. Como los otros dirigentes que albergaban dudas, las guardó en su interior”.
Peng Dehuai,
Pero hubo un problema evidente que no se podía esconder y era la escasez de alimentos que, en un comienzo, afectó principalmente a las ciudades. Short explica que se redujeron las raciones de arroz, los vegetales y aceite para cocinar desaparecieron. La cosecha de 1958 no había sido de 375 millones de toneladas y ni siquiera 270 millones de toneladas que había sido la nueva estimación del gobier: en realdiad había sido de 200 millones. Si bien era una cifra significativa,, se alejaba del reino de la abundancia que había prometido Mao y que muchos chinos habían tomado por cierto.
Peng, al ser minsitro de Defensa estaba bien informado de la situación puestonque eran los camiones militares los que llevaban el grano a aquellas regiones más afectadas y se enteraban de los problemas que sufría la población. Mao, recordan su anterior política, incentivó a sus cercanos a que dieran su opinión sincera sobre lo que se estaba haciendo. Para ello apeló a la figura del antiguo funcionario de la dinastía Ming, Hai Rui, un burócrata modelo que había sido destituido por censurar al emperador y preocuparse de la situación del pueblo. La oportunidad para expresar estas opiniones fue la conferencia de Lushan. Peng transparentó su visión en una reunión con oficiales del noreste del país sobre lo que estaba sucediendo, afrimando que todos eran responsables de lo que estaba sucediendo incluyendo a Mao.
Peng Dehuai junto a Bulganin y Jrushchov
Posteriormente, al no poder reunirse con Mao, le envió una “carta de opinión” en donde mezclaba elogios y crítica a errores específicos. De acuerdo con el historiador y catedrático de Humanidades en la Universidad de Hong Kong, Frank Dikötter, aborda en su libro “La gran hambruna de Mao” la carta comenzaba como un memorial: “Soy un hombre sencillo, y ciertamente soy tosco y me falta tacto. Por esa razón tendrpás que ser tú quien decida si esta carta posee algún valor, o no”.
En la carta hablaba de “fanatismo pequeñoburgués” que habían generado errores izquierdistas y que lka campala de los hornos había generado pérdidas y ganancias insinuando que las primeras eran las que predominaban. También hablaba de la comprensión insufienciente del Partido de las leyes socialistas del desarrollo porpocional y planificado.
Short explica que, para Mao, el tema del mensaje era que, si bien el “Gran Salto” estaba teóricamente justificado, había terminado en un desastre y, peor aún, habían pasajes que vinculaban personalmente a Mao con los errores cometidos. Específicamente Peng criticaba la idea de que la política era la que mandaba y que ocupaba el lugar de todo lo demás (especialmente hacía a alusión a los principios económicos).
La carta de Peng fue distribuida a todos los delegados por el secretariado de la reunión y por órdenes de Mao. Los moembros del Politburó tambiéne expresaron sus opiniones sobre el contenido de la carta en donde unos se mostraron de acuerdo y otros más dubitativos. Ahora bien, a pesar de que la carta, en palabras de Dikötter, era moderada y prudente, igualmente enfureció a Mao. De acue4rdo con el historiador neerlandés Peng puso el dedo en la llaga cuando habló del “fanatismo pequeñoburgués que ha conducido a errores izquierdistas”.
Cuando Mao intervino, la situación de Peng cambió, puesto que el primero tildó sus palabras de un error de línea políitica cpmetidas por otros en el pasado. Añadió Mao que de haber sólo criticas, entonces el poder comunista se derrumbaría. De suceder eso, Mao amenazó con retirarse al campo para liderar a los campesinos al gobierno nuevamente e incluso formar un nuevo Ejército Rojo. Sobre la reacción de Peng comenta Short:
“Cuando Mao acabó su intervención, Peng regresó a su casa, tal como describiría tiempo después, «con el corazón encogido». Perdió el apetito y se hundió en su cama durante horas, observando el vacío. Su guarda personal lamó a un médico, que llegó a la conclusión de que Peng debía de estar en-fermo. El ministro de Defensa le sacó del error: «Si estoy enfermo», dijo, «por ahora no hay nada que se pueda curar”.
El destino de Peng fue decidio en la reunión plenaria del Comité Permanente delm Politburó. Un hecho externo sería aprovechado por Mao para atacar a Peng y a la oposición, que fue la cancelación por parte del la Unión Soviética del acuerdo sobre tecnología nuclear. No bastando esto, Jrushchov había criticado las indirectamente comunas chinas en la misma semana que Peng había enviado su “carta de opinión”. Frank Dikötter explica que la crítica del líder soviético en la ciudad de Poznan (Polonia) estaba dirigida a aquellos que en Rusia, en la década de 1920, habían promovido la creación de comunas demostrando no entender qué era y cómo debía ser construido el comunismo. Esta critica que circuló en la radio polaca fue posteriormente publicada en Pravda y pocos días después sería traducido al chino Como comenta Short:
“(…) Mao no tuvo dificultad alguna para convencer a sus compañeros de que se estaban enfrentando a una conspiración contra el partido, y de que Peng y su «camarilla militar» debían ser expulsados hasta las tinieblas”.
Como señala Spence, el timonel chino afirmó en un discurso ante sus colegas en Lushan que Confucio, Marx y Lenin habían cometido errores, por lo que ¿qué tenía de raro que él cometiera algunos? Nadie se atrevió a cuestionar las insinuaciones y acusaciones de Mao, de manera que el destino de Peng y otros estaba sellado cuando el 2 de agosto el Comité Central confirmó el veredicto del Comité Permanente. Peng tuvo que humillarse en un discruso en donde se autodenigraba señalando que su carta a Mao contenía una serie de absurdos motivados por “prejuicios personales que iban totalmente desencaminados (…)”.
La señal era clara y es que nadie estaba a salvo, ni siquiera una persona con la reputación de Peng quien era admirado dentro del Ejercito Popular de Liberación, héroe de la guerra revolucionaria y comandante de los Voluntarios en Corea. Como apunta Short, Peng era percibido como “un hombre que gozaba de una reputación de incorruptibilidad, que había vivido como un asceta y era moralmente inexpugnable”.
Es por ello que Mao se mostró magnánimo y Peng mantuvo sus cargos en el Politburó, pero fue sustituido en el minsiterio por Lin Biao. Peng llevó una vida lejos de la vida política bajo un virtual arresto domicialiario en un edificio del viejo Palacio de Verano donde su carrera llegó a su fin. Otra víctima fue Zhang Wentian (1900-1976) quien había irritado a Mao por afirmado la falta de democracia interna que habría precipitado el fracaso del “Gran Salto”.
Esto le significó perder sus puestos y ser enviado a trabajos forzados al campo. Como resultado se impuso no solo Mao sino que también aquellos colaboradores que habían apoyado el “Gran Salto]” y qu, por ende, su posición se vería compormetida ante cualquier crítica. Otro punto importante es la idea de que la lucha de clases aun continuaba, pero en el seno del mismo partido. Shor cita las siguientes palabras de Mao al respecto:
“La lucha en Lushan era una lucha de clases, una continuación de la lucha a vida o muerte entre dos grandes clases antagónicas, el proletariado y la bur-guesía. Este tipo de lucha se prolongará... en nuestro partido durante al menos veinte años mas, y es posible que durante medio siglo...”
En términos generales, los detractores del “gran Salto” fueron rotulados de “oportunistas de derecha” con la consecuente purga de millones de miembros del PCCh. Por ejemplo, Short afirma que en Sichuan el 80% de los cuadros de rango más bajo fueron depuestos, grupos enteros eran acusados y se establecían cuotas de víctimas por cumplir, lo que llevaba a que cualquiera podía ser acusado y purgado.
Otra consecuencia fue el resurgimiento del izquierdismo y los sueños utópicos de Mao de obtener espectaculares cifras de producción como el de 650 millones toneladas de acero anuales a finales de siglo y has quizá 1000 millones de toneladoas de grano. En palabras de Spence, la victoria sobre Peng Dehuai “renovó la confianza de Mao en su visión revolucionaria y su determinación de reafirmar la primacía del sistema de las comunas, la descentralización de kla burocracia y la movilización de las masas.
Pero, tal como señala Short, esta renovada visión de la abundancia coincidió con el detererio de los suministros de comida, producto de inundacioens en el sur y sequías en el norte, las cuales afectaron a las cosechas de 1959. Ese mismo año empeoraron las rtelaciones con la Unión Soviética, hubo una revuelta en el Tíbet donde el Dalai Lama logró escapar al norte de la India, generando tensiones con este último país en su espacio fronterizo.
Para emperorar las cosas, Jrushchov se mantuvo neutral lo que casuó el enojo de Mao. El punto es que la Unión Soviética había adoptado otra política que no concordaba con la de Mao ye ste último fue percibido por el líder soviético como belicoso, hipócrita y nacionalista. En el Congreso del Partido Rumano, nos relata Short, Jrushchov criticó públicamente a Mao acusándolo de ser ultraizquierdista, ultradogmático y un izquierdista revisionista”. Añadió que Mao, al igual que Stalin se había tornado “negligente ante todo excepto lo que era de su propio interés, ideando teorías totalmente alejadas de la realidad del mundo moderno”. Con esto, la ayuda a China llegó a su fin y, como explcia Short:
“(…) todos los expertos rusos abandonarían su territorio y que la ayuda rusa había llegado a su fin. Las fábricas quedaron a medio edificar; se rompieron las cianotipias, se abandonaron los proyectos de investigación. Alrededor de mil cuatrocientos especialistas soviéticos y sus familias se embarcaron en trenes especiales con destino a Moscú”.
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