2/3- Marxismo y Economía Neoclásica (por Jan Doxrud)

(2) Marxismo y Economía Neoclásica (por Jan Doxrud)

Teniendo esto en consideración, podemos ahora abordar las diferencias entre la economía marxista y la economía neoclásica. Los autores afirman que la teoría marxista comienza con el concepto y el estudio del concepto de clase, concepto que constituye el punto de partida que ayuda a organizar los tópicos que serán analizados. Este concepto, explican los autores, hay que entenderlo como un proceso por el cual algunas personas producen bienes y servicios para otras personas sin obtener nada a cambio, por lo que el punto de partida no es una noción esencialista de clase, sino que se parte de la presuposición de ciertas relaciones sociales. Asi, por ejemplo, los conceptos de precio, salario y ganancia están conectados con este principio rector que es el de clase. Los autores no ofrecen una explicación satisfactoria acerca de la historia de la economía neoclásica, enfatizando solamente en cambio de enfoque que tuvo lugar hacia 1870 desde temas macroeconómicos a la microeconomía. Wolff y Resnick sólo abordan una parte de la teoría neoclásica y una parte de la teorìa keynesiana, que consideran que son las más representativas de lo que enseñan los principales textos de estudio.

La economía neoclásica presenta una serie de características como el individualismo metodológico, el instrumentalismo metodológico y la idea del equilibrio. También atribuye los individuos tres actos económicos principales: comprar, vender y poseer algo como propiedad. También presupone una suerte de naturaleza humana representada por el homo economicus maximizador de utilidades que actúa de manera racional, siempre operando sobre la base de un análisis de coste y beneficio. El ámbito sacrosanto donde interactúan los individuos es el mercado, donde los individuos llevan a cabo intercambios libres y voluntarios. Por lo tanto, la economía neoclásica comienza con la idea de un individuo racional maximizador de utilidad (homo economicus), interesado por su bienestar, que está dotado de una serie de recursos productivos y que es capaz de utilizar la tecnología disponible para transformar la naturaleza por medio de sus recursos. Estos tres principios sería aquellos que los teóricos neoclásicos utilizan para generar significado de todos los objetos con los que se enfrentan. Así, los neoclásicos conectan los precios, salarios y ganancias con estos primcipios organizadores.

La teoría marxista y la neoclásica difieren también desde un punto de vista lógico. Los teóricos neoclásicos utilizan la deducción, lo que se traduce en que los nuevos conceptos u oraciones son cuidadosamente deducidas o derivadas de otras previas. Así, por ejemplo, los conceptos de oferta y demanda de todos las mercancías y recursos son derivados de los tres principios organizadores anteriormente indicados. A su vez, los precios de todas las mercancías y recursos son derivados de la oferta y la demanda. Si vamos en la otra dirección se puede establecer que los precios de las mercancías y recursos se reducen a aquello que las determina, es decir, a la interacción de la oferta y la demanda, y está a su vez es reducida a lo que la determina, que son los tres principios rectores dentro de la teoría neoclásica. Existe así una suerte de jerarquía causal donde existen elementos que determinan a los demás, pero que no son determinados por estos. De acuerdo a esto, es común encontrar en los manuales de economía la distinción entre variables dependientes y variables independientes.

En la economía marxista, a pesar de que el concepto de clase juega un papel de relevancia, esta no es entendida como una esencia y no constituye una suerte de causa última de todo lo que sucede en la economía y en la sociedad. De acuerdo a Wolff y Resnick, la teoría marxista también considera otros aspectos de la vida social como los precios de las mercancías y las ganancias de las empresas las cuales son simultáneamente causa y consecuencia del concepto de clase. Lo anterior nos viene a señalar que el rol del análisis marxista no consiste en demostrar, por ejemplo, de qué manera el concepto de clase determina el precio de las mercancías o las ganancias de una empresa, puesto que el papel del análisis marxista vendría a ser explorar tanto las interrelaciones como interdependencias específicas del concepto de clase de un lado y, de otro, los precios, ganancias, etc. Los autores describen el análisis marxista como un proceso sin fin en donde su principio central, el de clase, está conectado con un abanico cada vez más amplio de otros conceptos relacionados con la vida social, relación caracterizada por la sobredeterminación, e decir, donde aspectos económicos y no económicos interactúan y se determinan unos a otros.

En el caso de la economía neoclásica también existe un proceso sin fin en donde los tres principios organizadores estan conectados a un abanico cada vez más amplio de otros aspectos de la vida social. Pero sucede que en este caso, la conexión es una de causa y efecto, de determinación o esencialismo. Esto significa simplemente que unos aspectos de la vida social causan a otros de manera unidireccional, por lo que son sirmpre causas, pero no causados. De esa forma, el rol de la economía neoclásica sería, de acuerdo a los autores, el de demostrar de qué manera la sociedad es cada vez más un efecto de las preferencias humanas, del homo economicus, de la tecnología y recursos dados.

Otro punto que destacan los autores es la diferencia entre ambos enfoques en lo que respecta a su objeto de análsis, así como al hecho de que operan bajo distintas lógicas, lo cual lleva a que los resultados sobre sus objetos de estudios sean también diferentes. Wolff y Resnick destacan el hecho de que ambas teorías se enfrentan a un mismo mundo e incluso abordan las mismas temáticas y utilizan, en ocasiones,  los mismos términos. Pero sucede que, aunque utilicen y estudien conceptos de igual nombre, estos pueden tener distintos significados para cada una, como por ejemplo los conceptos de “capitalismo”, “economía”, “salario”, “precio”, entre otros. Pero también encontramos términos propios de cada teoría como puede ser el de plusvalía en el caso marxista y el de utilidad marginal en la economía neoclásica. Un ejemplo específico que dan Wolff y Resnick guarda relación con el concepto de valor y cómo se determinan los precios e ingresos. Tenemos que en la teoría marxista juegan un papel fundamental la interacción entre procesos económicos con procesos de clase (pv/v). La lógica es que ambos se determinan unos a otros. En el caso de la economía neoclásica, juega un papel fundamental los conceptos de utilidad y escasez, que se combinan para determinar los precios e ingresos. La pregunta que abordan los autores es acerca de la importancia que tiene tratar estos temas.

Comprender estos dos enfoques es importante ya que toda teoría trae consecuencias en la práctica.Dependiendo de cómo se entiendan ciertos problemas se darán soluciones específicas, que otra teoria, teniendo otra visión sobre el mismo asunto, no estaría de acuerdo y aplicará soluciones alternativas. Sólo tomaré un ejemplo acerca de esto. Los autores abordan el tema de la distribución del ingreso que, en el caso de la economía neoclásica, la parte que a cada individuo le corresponde es directamente proporcional a lo que tal individuo ha aportado a esa producción, sacrificando consumo y ocio. Es decir, sacrificar el consumo se traduce en unaliberación de recursos que van a para a los sectores más alejados del consumo, es decir, a aquellos sectores productores de bienes de capital. A su vez, estos sectores más alejados del consumo combinan bienes de capital con el trabajo vivo de aquellos que han sacrificado ocio por trabajo, lo que a largo plazo se traducirá en una sociedad más rica y con más bienes de consumo disponibles.

Continúan los autores explicando que, mientras más sacrificamos, más contribuimos a la producción y así también a los frutos de esa producción. Por lo tanto desde el enfoque neoclásico debemos centrarnos en nuestras propias preferencias y en nuestro comportamiento autointeresado para dar respuesta a nuestro nivel de ingresos. Desde esta perspectiva, para la economía neoclásica la pobreza podría ser explicada por varios factores. El primero nos señala que es un problema de elección del individuo que escoge el ocio por sobre el trabajo, o el consumo presente por sobre la inversión para obtener beneficios futuros, ya sea en forma de interés o renta. Otro factor conectado con el anterior es que el individuo, al contribuir cada vez menos a la producción y al producirse una alteración en la preferencia temporal entre bienes presentes y bienes futuros, tendremos como resultado que la “recompensa” que recibirá será también menor. También pueden haber barreras que alteran el equilibrio y las decisiones racionales de los individuos, por ejemplo la formación de monopolios y los correspondientes precios que imponen.

¿Qué dice la teoría marxista al respecto? De acuerdo a esta, el valor de la fuerza de trabajo es igual a al valor de aquellas mercancías necesarias para reproducir su habilidad de vender su fuerza de trabajo. Pero tenemos que dentro del conjunto o canasta de mercancías que el trabajador necesita, hay mercancías específicas que están influenciados por factores políticos, culturales y económicos y lo mismo sucede con sus valores, por lo que el ingreso que recibe el trabajador a cambio de la venta de su fuerza de trabajo, depende de una serie de factores. Los factores que la economía neoclásica considera son, para la teoría marxista, sólo una parte de la explicación en relación al ingreso de los trabajadores. Volvemos pues, al tema anteriormente mecionado: el enfoque de la sobredeterminación con respecto a la determinación de los salarios. Los ingresos, entendido por lo autores como un flujo de valor, dependerá de la posición del individuo dentro de la estructura de clases. Por ejemplo, tenemos al capitalista que se apropia de la plusvalía generada por los trabajadores. Pero los autores mencionan una serie de otros actores, aparte del capitalista industrial y del trabajador,  que se apropian de la plusvalía generada por los trabajadores. Los autores denominan a estos actores como “clases subsumidas”, mientras que los que participan en la industria son las “clases fundamentales”. De lo que se trata es de explicar el proceso clasista de extracción de trabajo excedente.