2/4- Angus Deaton: El Gran Escape. Salud, riqueza y los orígenes de la desigualdad”. Pobreza y Desigualdad (por Jan Doxrud)

2) Angus Deaton: El Gran Escape. Salud, riqueza y los orígenes de la desigualdad” (por Jan Doxrud)

“Si bien la desigualdad en sí misma no es particularmente bienvenida, es parte de un sistema que está aumentando los estándares de vida para todos”

(Angus Deaton, El Gran Escape) 

El economista advierte que la  desigualdad puede estimular o inhibir el progreso  y es por esa razón que se debe trabajar en políticas nacionales e internacionales con el objetivo de abordar los principales problemas que azotan a los países más pobres.  El libro de Deaton se enfoca  en los estándares de vida material y en la salud, de manera que integra en su estudio la mortalidad, natalidad, esperanza de vida, ingresos y salud.Constituye así un error centrar en un solo componente como lo es el ingreso o la longevidad. En este último caso, la longevidad no puede transformarse en una medida de progreso social puesto que la gente puede vivir más, pero puede carecer de los medios materiales para llevar una vida digna, por ejemplo, recibir una baja pensión, vivir sola y sin redes de apoyo, o sentirse como una carga para sus hijos u otros familiares Así, Deaton   incluye en su concepción de “bienestar” los siguientes elementos: riqueza, ingreso, educación, salud, bienestar psicológico y físico, y la democracia así como también un Estado de Derecho que garantice derechos básicos a las personas para que puedan desarrollarse.

A pesar de que las condiciones de vida material han mejorado fruto del crecimiento económico, el autor advierte que no hay nada en la lógica que garantice la existencia de un vínculo automático entre crecimiento y reducción de la pobreza global, puesto que podría suceder que en aquellos países en donde ha habido mayor crecimiento, este podría haber solo beneficiado a los que ya eran ricos dentro de cada país. Otro punto que se debe considerar, apunta Deaton, es que si bien la tasa de pobreza en otras regiones del mundo ha disminuido, sucede que la disminución del número absoluto de pobres ha sido impulsada en gran medida por el crecimiento de China (e India), de manera que el número de pobres “no chinos” ha aumentado. Ahora bien, el autor afirma que lo anterior no debe constituir un argumento para dar la razón a los “pesimistas de la pobreza” para quienes, sacando a China de la ecuación, tendríamos que, tanto la globalización como el crecimiento económico, habrían hecho poco para reducir la pobreza global. En palabras del economista:

“China no es una entidad solitaria, sino un país de 1.300 millones de personas, y descontar su escape de la pobreza es argumentar que el pueblo chino cuenta menos que los pueblos de Etiopía, Kenia o Senegal”.

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Por lo demás, la población china no constituye una entidad homogénea que evoluciona de manera sincronizada. Como explica el mismo autor, el crecimiento económico chino ha sido desigual desde un punto de vista geográfico, puesto que las zonas urbanas han progresado más que las rurales, lo cual crea un incentivo para que las personas migren, a pesar de que las restricciones migratorias internas. En China opera el denominado  sistema hukou  en virtud del cual la población es censada y registrada de acuerdo a su lugar de origen y esto, a su vez, le impide poder cambiarse libremente y a voluntad a otras zonas geográficas, al menos si no cuenta con un nuevo hukou. Aun así quienes logran trabajar en la ciudad lo hacen pagando un precio alto como el dejar a sus familias o padres y madres que dejan a sus hijos por un largo período de tiempo con sus abuelos.

Otro problema que advierte Deaton es la dificultad para determinar quién es pobre y quien no lo es a nivel mundial e incluso nacional. Por lo demás la pobreza es un concepto dinámico y, como tal, está sometido a la acción de diversas fuerzas. Tenemos casos de países con un enorme potencial económico pero que se empobrecieron debido, entre otras cosas, a la implementación de políticas económicas nefastas como es el caso venezolano.  Recordemos que en junio de 2013 Nicolás Maduro recibió en nombre de Venezuela el premio de la FAO por su lucha contra el hambre y, en el año 2018 la misma FAO afirmaba que el hambre en Venezuela se había triplicado y, en ese mismo año, UNICEF señalaba que había aumentado la prevalencia de la desnutrición infantil en Venezuela. Así, la riqueza no es un concepto estático a nivel de ni tampoco a nivel de personas. Por lo demás, los individuos no son igualmente ricos a lo largo de su ciclo de vida, como ya lo advertía Modigliani. Por último, la pobreza (o riqueza) es relativa, de manera que ser pobre en suiza no es lo mismo que serlo en Suazilandia. 

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El economista señala que la “línea de pobreza” elaborada por el Banco Mundial se calcula como “la cantidad de ingreso a la que una familia típica de ese nivel de ingreso de hecho adquiere una dieta mínimamente aceptable”. El problema, añade el autor, es que no existe una garantía de que una persona de ese país (más aun una pobre) considere tal “linea de pobreza” como un punto limite aceptable que separa al pobre del no pobre. En la página del Banco Mundial podeos leer lo siguiente:

Como explica el Banco Mundial, en el año 1990, un grupo de investigadores independientes y el Banco Mundial se propusieron calcular la población pobre del mundo haciendo uso de los patrones de los países más pobres a nivel mundial. Estos investigadores llevaron a cabo un análisis de las líneas de pobreza nacionales de algunos de los países más pobres del mundo y, posteriormente, las transformaron a una moneda común usando los tipos de cambio según la paridad del poder adquisitivo (PPA). Esto tipos de cambio de acuerdo a la PPA son elaborados para garantizar que la misma cantidad de bienes y servicios se valoricen de manera equivalente en todos los países. Es así como llegaron al resultado de una línea de pobreza de USD 1 a partir del análisis de 6 de los países más pobres- Posteriormente la línea de pobreza internacional sería revisada sobre la base de 15 líneas de pobreza nacionales de algunos de los países más pobres del mundo. De esta manera se obtendría una nueva línea a partir del  promedio de esas 15 líneas 

https://www.brookings.edu/blog/africa-in-focus/2018/11/21/figure-of-the-week-understanding-poverty-in-africa/

https://www.brookings.edu/blog/africa-in-focus/2018/11/21/figure-of-the-week-understanding-poverty-in-africa/

Por ejemplo, la línea de pobreza de USD1.25 (USD1.90 desde el año 2015)   fue el resultado de promediar las líneas de pobreza nacionales de una selección de los países más pobres del mundo, explica Deaton. Para ello las monedas locales tienen que transformarse a una unidad en común utilizando las tasas de cambio PPT (Paridad Poder Adquisitivo) , para así poder promediarlas. Como indicador, la PPT permite llevar a cabo una comparación del nivel de vida entre distintos países. La PPA nos viene a señalar que que los tipos de cambio  entre las diversas divisas deben de ser de tal forma que pueda permitir que una moneda tenga el mismo poder adquisitivo en cualquier parte del globo. 

Deaton se muestra más escéptico y crítico en relación con estas mediciones señalando las líneas de pobreza “son esencialmente conveniencias administrativas de las agencias internacionales que necesitan medir la pobreza para sus propios propósitos”. En el caso de Estados Unidos, el autor critica también la línea de la pobreza puesto que se utiliza la misma elaborada, en base las necesidades nutricionales, por la economista Mollie Orshansky (1915-2006)  entre 1963 y 1964 y que situó la línea en  USD 3.156 en el año 1963. Lo único que se ha hecho, añade Deaton, es ajustar la línea de pobreza de 1963 a la inflación. Deaton, por lo demás, se muestra en desacuerdo con este enfoque “nutiricionista” o igualar pobreza con hambre y a esto añade que los cálculos basados en la nutrición (como los que elabora también la CEPAL), “hacen que la linea de pobreza parezca una línea de expertos, aunque en realidad no hay expertos en lo que necesita una familia pobre …excepto quizás una familia pobre”. A esto añade el mismo autor:

“La línea de pobreza estadounidense ha devenido en lo que de conoce como una línea de pobreza absoluta: una línea que estipula una cantidad fija de dinero necesaria para escapar de la pobreza, y que solo se actualiza por cambios en los precios. No depende de lo que otras personas obtienen no de los estándares prevalecientes de la economía. Una línea de pobreza absoluta tiene mucho sentido cuando existe una canasta de bienes bien definida de lo que las personas necesitan para sobrevivir (…) Este enfoque podría tener algún sentido para los países pobres de África   o de Asia del Sur, pero las familias pobres estadounidenses de ahora se encuentran lejos de este tipo de subsistencia (…)”

Como señala Deaton en su libro, Orshansky también se mostró de acuerdo en actualizar la línea de pobreza.

Como señala Deaton en su libro, Orshansky también se mostró de acuerdo en actualizar la línea de pobreza.

Resulta complejo actualizar las líneas de pobreza puesto que aquí intervienen intereses político. De acuerdo a esto , modificar la calificación de quién es y no es pobre trae consigo cambios en los beneficios, donde algunos ciudadanos ganarán y otros perderán, lo cual puede tener repercusiones electorales. De acuerdo a Deaton las estadísticas de pobreza son parte del aparato del Estado diseñado para gobernar y redistribuir el ingreso para impedir que las personas caigan en la indigencia. Otra falencia que destaca Deaton es que las estadísticas oficiales utilizan el ingreso antes de los impuestos y subsidios para determinar quiénes son pobres

Otro problema guarda relación con la desigualdad mundial.  Tenemos que dentro de un país existe un Estado, un gobierno y ciudadanos que pagan impuestos y que, a cambio, reciben bienes y servicios públicos. También dentro de una nación se discuten en el parlamento temas como la pobreza y la desigualdad así como las medidas para mitigar estos problemas, como por ejemplo, reformas tributarias. El problema con la desigualdad mundial, explica Deaton, es que a nivel internacional no existe una suerte de “gobierno mundial” que juegue el rol que juega un Estado (solo existen instituciones globales). Añade que ni siquiera existen estadísticas oficiales sobre la desigualdad de ingresos global entre individuos. En cuanto a las organizaciones globales existentes, el autor señala que organismos como la OMC o el Banco Mundial carecen de la autoridad o capacidad “para implementar un impuesto global y un sistema de redistribución”. De acuerdo a esto, se deberían desechar políticas tributarias globales como es el caso el impuesto global había sugerido por el economista francés, Thomas Piketty, en su “Capital en el Siglo XXI”